Unidas por Santander insiste en que “no hay alternativa” al cierre del zoo de la Magdalena
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David Laguillo
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El concejal Miguel Saro, tras escuchar el informe del experto veterinario de la Fundación Franz Weber, David Perpiñán, opina que la única opción es cuidar a los animales que habitan la instalación “el tiempo que les quede” y cerrar la instalación
22 de julio de 2020-. Miguel Saro mantiene su postura de que la única opción viable es el cierre de la instalación del zoo de la Magdalena y así lo defenderá en el Consejo de Sostenibilidad que está convocado para la tarde de este miércoles.
Es la conclusión definitiva del concejal de Unidas por Santander tras escuchar el informe que ha presentado David Perpiñán, experto veterinario y en medicina zoológica, que asesora a la Fundación Franz Weber y que ha viajado a Santander para visitar las instalaciones y exponer sus conclusiones en el Consejo.
“El informe pone de manifiesto que no hay alternativa distinta al cierre para el minizoo de Santander”, ha defendido Saro tras escucharle. “Lo único razonable desde el punto de vista de criterios de eficiencia económica, social y, sobre todo ambiental, es el cierre de la instalación”.
Saro cree que “es obvio que no existen ni los medios humanos ni técnicos” y que la naturaleza de las propias instalaciones que existen “no permite que el zoo cumpla las condiciones mínimas que exige la ley de Zoos de 2003”. Además, Perpiñán ha criticado que la instalación se dio de alta como zoo en 2016, lo que indica que ha estado doce años funcionando de forma irregular, lo que conlleva también dejadez del Gobierno de Cantabria.
Sobre las inspecciones realizadas desde el Ejecutivo autonómico, Saro señala que “parten de modelos estereotipos cuyo desarrollo está agotado, como los que se planeó en los años ochenta”. “La modificación de las instalaciones conllevaría una enorme inversión por parte del Ayuntamiento, el cual no está en absoluto en condiciones de realizar”.
Lo que no parece tampoco viable es pensar en un modelo distinto de zoo, de cuidados o un santuario, como se llegó a proponer, porque la inversión necesaria para cambiar las instalaciones es “enorme” y, según el experto, estas tendrían que estar cerradas al público para asegurar el descanso de los animales.
“Por ello, lo que debemos hacer es conservar en las condiciones más dignas posibles los animales que actualmente lo habitan” defiende Saro, “cuidarles el tiempo que les quede y cerrar el zoo como instalación”.
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