UGT rechaza los despidos en Cáritas Cantabria
El sindicato achaca estos ocho despidos a una ‘mala gestión del nuevo equipo directivo’
El sindicato se sorprende de que la entidad cierre tres programas que atienden a más de 200 personas, dos de ellos financiados por el ICASS
UGT rechazó hoy en una rueda de prensa la decisión de Cáritas de Cantabria de despedir a ocho trabajadores, siete técnicos y una cocinera, por unos ‘problemas económicos’ que el sindicato vincula a una ‘mala gestión’ del nuevo equipo directivo.
Como precisó el secretario general de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT, José Giráldez, “nosotros lo decimos claramente, los problemas económicos son de gestión y la culpabilidad es del equipo directivo”, tras matizar que “no tiene sentido que se despida incluso a personal técnico de unos programas financiados públicamente, lo que no deja de ser echar gasolina al fuego”.
“Tienen problemas económicos por su gestión y despedir a estos trabajadores no es la solución, todo lo contrario, es agravar todavía más el problema”, comentó el sindicalista, que recriminó la actuación de Cáritas en Cantabria con los despidos “tanto en las formas como en el contenido porque no es de recibo que pregone que hay que tratar a las personas de una manera y no lo haga así con sus trabajadores”.
El responsable regional de la federación de UGT donde está adscrita la plantilla de Cáritas en Cantabria, integrada por algo más de una treintena de trabajadores, destacó que “antes de tomar otras medidas, hemos pedido una reunión con el Obispo, Arturo Ros, y los delegados y trabajadores afectados para que le expliquen cuáles son los problemas reales”.
En este sentido, la delegada de FeSMC-UGT en Cáritas de Cantabria, Natalia Fronceda, aclaró que los despidos fueron comunicados el pasado viernes 24 de mayo “sin previo aviso y sin diálogo previo, de forma muy fría, dejándose 15 minutos para recoger sus cosas, poniéndoles a una persona para que le entregaran las llaves al salir y sin darles oportunidad de despedirse de las personas que atendían”.
Fronceda especificó los tres proyectos oficiales que Cáritas de Cantabria cierra a partir de ahora con los despidos de los trabajadores que los realizaban, dos de ellos financiados con 76.700 (Proyecto Luzes) y 126.500 euros (Medidas Judiciales en Medio Abierto) por parte del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS).
Los tres proyectos clausurados, que atendían a más de 200 personas usuarias, son el Proyecto Luzes de infancia y adolescencia del que se ha despedido a sus dos técnicos; el de Medidas Judiciales en Medio Abierto con menores infractores, cuyos tres técnicos también han sido despedidos; y el Programa de Empleo de inserción laboral para mejorar la empleabilidad de personas en situación de vulnerabilidad social, que se acaba con sus itinerarios incompletos para más de 120 personas.
Fronceda agregó que parte del personal técnico despedido tenía más de 15 años de antigüedad y explicó que “en las comunicaciones de despido se argumenta como causas económicas las pérdidas acumuladas por la entidad desde 2021, en la que se destaca el déficit de 2023”.
“Este hecho nos desconcierta porque cinco de esos ocho puestos de trabajo contaban con la financiación pública ya aprobada para este año por el ICASS”, matizó la sindicalista, quien reiteró que “esta forma de proceder genera incertidumbre y angustia entre las trabajadoras y trabajadores y, de manera indirecta, les hace sentirse responsables del déficit presupuestario cuando pueden existir otras causas objetivas”.
Subvenciones rechazadas y gastos innecesarios
La delegada de UGT en Cáritas de Cantabria aludió a una serie de medidas adoptadas por la dirección de la entidad y relacionadas con sus problemas económicos, entre ellas, que “en la gestión de la financiación pública ya se han rechazado algunas subvenciones que eran necesarias para la sostenibilidad de los proyectos”.
Además, Fronceda consideró “superfluos e innecesarios” determinados gastos “de una entidad como Cáritas que tiene como valor la austeridad”, entre los que citó la contratación de un vigilante de seguridad durante más de seis meses o de ‘innumerables consultoras y asesores externos’ y la instalación de cámaras de vigilancia o sensores de movimiento en los centros de trabajo.
A ello añadió que “hasta 2021 se mantenía como criterio no aumentar el número de personas contratadas para garantizar la sostenibilidad de la entidad y que hubiera un porcentaje adecuado entre gastos de personal y el resto de conceptos pero con la llegada del nuevo equipo directivo en 2022 este valor se incumplió y se amplió de manera sustancial la plantilla”.
“Aunque hemos sido conocedores del grave problema estructural de la entidad desde hace meses, hemos llegado a este momento después de numerosos intentos de diálogo con el equipo directivo y el Obispo, como presidente de Cáritas, con la finalidad de que escuche las legítimas demandas de sus trabajadores y de sus representantes legales”, recalcó la delegada de UGT, tras insistir en la petición de una reunión con Arturo Ros “para revertir la situación creada”.
Antes de concluir la rueda de prensa, Eduardo Fernández, uno de los trabajadores despedidos, expresó en nombre de todos los trabajadores afectados “nuestro agradecimiento y cariño a los participantes, voluntarios y compañeros de la entidad por todo lo recibido y compartido en estos años”.
Respuesta de Cáritas
Cáritas ha respondido que la crisis ha afectado a la organización con el ‘descenso de cuotas y donaciones’ lo que ha generado la «urgente necesidad de adecuar nuestra estructura a un marco de sostenibilidad económica».
«Se han tomado diversas medidas previas destinadas a aprovechar mejor los recursos y dotar de eficiencia a los procesos y programas de Cáritas. Sin embargo, todas han resultado insuficientes frente
al volumen de gasto en personal contratado», explica la organización en un comunicado.
«Nos aferramos a la esperanza cristiana y la evidencia de que seguimos contando con grandes fortalezas,
como la presencia constante en todo el territorio y la capacidad que tenemos de relanzar nuestro voluntariado, base de la actividad caritativa de la Iglesia», añade Cáritas.
«En ningún caso las personas acompañadas en los servicios suprimidos van a dejar de recibir asistencia; en algunos casos porque seguirán contando con el desempeño de trabajadores y voluntarios de Cáritas, y en otros casos porque están siendo derivados a Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander donde la colaboración y el entendimiento de la situación está siendo máximo y totalmente solidario», detalla la ONG religiosa.
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