Siete nuevos vecinos se incorporan a la “gran familia” de los hortelanos santanderinos
- Santander
David Laguillo
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Siete nuevos vecinos se acaban de incorporar a la “gran familia” de los hortelanos santanderinos, según anunció la concejala de Dinamización Social, Carmen Ruiz, quien precisó que se trata de los adjudicatarios de siete de las 93 parcelas municipales que habían quedado vacías.
En este sentido, explicó que han sido adjudicadas siguiendo el orden de inscripción de las personas que se encuentran registradas como solicitantes de un huerto social sostenible y que hayan realizado el correspondiente curso de agricultura ecológica, impartido por el Ayuntamiento de Santander.
“De las siete parcelas que habían quedado vacantes, 4 se encuentran en la Finca Altamira, donde hay 54 que funcionan a pleno rendimiento desde su inauguración en 2010; 2 en la calle Duque de Ahumada, donde se habilitaron un total de 15 parcelas; mientras que la última de las siete parcelas forma parte de las 24 existentes en El Alisal, en las que los hortelanos trabajan intensamente desde comienzos de 2012”, concretó la edil.
Ruiz recordó que todas las parcelas de la Red municipal de Huertos Sociales Sostenibles miden entre 15 y 23 metros cuadrados y disponen del espacio suficiente para poder cultivar una gran variedad de verduras, hortalizas y plantas aromáticas y apuntó que, además, son accesibles y permiten el trabajo de numerosas asociaciones.
Como ejemplo se refirió al trabajo que entidades como el Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS) del Centro Hospitalario Padre Menni, ASCASAN, Lupasco, la Asociación de Sordos de Santander y Cantabria, AMICA, o la Asociación Síndrome de Down desarrollan en las parcelas de la Finca Altamira.
Lugar de encuentro y convivencia
La responsable de Dinamización Social hizo hincapié en que los 93 parcelas municipales, repartidas entre los huertos de la Finca Altamira, El Alisal y Duque de Ahumada, constituyen un lugar de encuentro y convivencia, donde se fomentan las relaciones entre vecinos en torno a una actividad sostenible.
“Los huertos sociales sostenibles no sólo nos permiten proteger nuestro entorno y recuperar espacios degradados o en desuso sino que, además, a través de esta iniciativa favorecemos la conservación de la biodiversidad”, afirmó la edil, quien resaltó las numerosas ventajas y beneficios del programa que, básicamente fomenta las relaciones intergeneracionales, así como la adquisición de hábitos de vida saludables.
De hecho, según dijo, a través de nuestro programa de huertos sociales sostenibles miles de personas participan cada año en las distintas actividades que organiza el Consistorio santanderino en estos espacios, en los que se celebran talleres, cursos y jornadas, dirigidas tanto al público infantil como adulto, en los que cada vez participan un mayor número de vecinos.
Condiciones para ser hortelano
“Todos los adjudicatarios son, tal y como se refleja en las bases del concurso, jubilados mayores de 60 años empadronados o residentes en Santander y aptos para desarrollar físicamente el trabajo en el huerto”, apuntó la edil, quien añadió que los hortelanos deberán cultivar los huertos al menos durante un año y mantener su parcela en perfecto estado de limpieza y conservación.
De hecho, recalcó que si está abandonada durante más de 20 días sin justificación se trasladará a otra de las personas solicitantes que no haya accedido al uso del huerto y estén en lista de espera.
Asimismo, subrayó que los productos obtenidos no se podrán vender y únicamente se podrán destinar al autoconsumo o la donación, así como para la celebración de actividades populares como la Fiesta de la Cosecha, donde los hortelanos elaboran todo tipo de recetas, elaboradas con productos de sus huertos, que comparten con otros vecinos.
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