Sanidad pone en marcha un plan para prevenir los efectos del calor
- Del frío y la lluvia al calor sofocante en apenas unos días
- El pasado año se declaró en Cantabria un solo caso de ‘golpe de calor’
La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabra ha puesto en marcha el Plan de actuaciones de este año para prevenir los efectos de una hipotética ola de calor en la salud de los ciudadanos, un protocolo que estará operativo hasta el 15 de septiembre.
La Comisión de Coordinación del Plan ha celebrado esta semana su primera reunión para coordinar las actuaciones preventivas y asistenciales en el caso de que llegara una ola de calor a Cantabria.
Dirigida por el director general de Salud Pública, José Francisco Díaz, forman parte de esta Comisión técnicos de las direcciones generales de Salud Pública y de Protección Civil, del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS), personal de la Gerencia de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud (SCS), además de Cruz Roja Española y de la Federación de Municipios de Cantabria (FMC).
Este protocolo de actuación, que se activó por primera vez en 2004 en todas las autonomías y está coordinado a nivel nacional por el Ministerio de Presidencia, pretende predecir las posibles situaciones meteorológicas de riesgo y minimizar los efectos negativos entre la población ante una posible ola de calor.
Para ello, en virtud de este protocolo, se realiza una especial vigilancia sobre la mortalidad durante estos meses, pues el incremento de fallecimientos que habitualmente se produce suele estar en muchos casos ligado a complicaciones en enfermos crónicos o especialmente sensibles, en los que se agrava su estado por el aumento del calor.
De ahí, que el ICASS despliegue también una vigilancia especial, sobre todo en las personas dependientes y en las que viven solas, en estrecha relación con los trabajadores sociales de los ayuntamientos y de los servicios de teleasistencia.
Además, el Gobierno de Cantabria desarrolla una campaña de sensibilización a empresas y trabajadores para prevenir los efectos del calor en el ámbito del trabajo. Según datos de la Consejería de Sanidad, aunque en la región nunca se decretado el nivel de alerta por ola de calor, se han producido en la región dos defunciones relacionadas con el calor en el año 2005, con antecedentes de exposición laboral al calor sin protección adecuada.
En el pasado verano de 2012, sólo se declaró en Cantabria un caso de patología notificada como ‘golpe de calor’, coincidiendo con una práctica deportiva recreativa intensa en uno de los días de mayor calor de todo el año, en agosto.
Cuatro niveles y zonas
Existen cuatro niveles en el Plan de Prevención, desde un nivel verde 0, en el que no se espera que ningún día se superen las temperaturas umbrales, hasta un nivel rojo 3, en el cual se prevé que se superen estos valores durante 5 días o más.
En Cantabria, durante los nueve años en que ha venido desarrollándose este Plan, no se ha superado nunca el valor umbral, por lo que siempre se ha estado en un nivel 0. Este valor umbral definido a nivel nacional para Cantabria supone superar simultáneamente el mismo día una temperatura máxima de 35 grados y una mínima de 22, lo cual no ha sucedido hasta ahora, aunque sí que ha habido días aislados en que se han podido registrar valores superiores en alguna de ellas.
En la región se recogen separadamente las temperaturas en este periodo estival en cuatro zonas diferenciadas: Santander, Torrelavega, Reinosa y Potes, con los datos aportados por la delegación cántabra de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Grupos de riesgo
Para evitar los efectos negativos sobre la salud que pueden generar las altas temperaturas previstas para estos días, se recomienda beber mucho agua, permanecer en lugares frescos, realizar comidas ligeras, evitar actividades en el exterior o, en caso de ser necesario, practicarlas a la sombra o protegidos del sol.
También se recomienda no dejar solas a personas que son incapaces de tomar por si solas medidas de protección, o consultar al médico en caso de enfermos crónicos o que estén tomando medicamentos.
Además, la Dirección General de Salud Pública advierte de la importancia de seguir estos consejos especialmente entre los grupos de riesgo, por ser más sensibles.
Se incluye en esta categoría a los mayores, sobre todo si viven solos o son dependientes, las personas enfermas o que están tomando determinados medicamentos, las personas con facultades mentales disminuidas, las que consumen drogas y/o alcohol, los lactantes y menores de cuatro años, y quienes padecen obesidad excesiva.
También se incluye a las personas que viven solas, en la calle y/o en condiciones sociales y económicas desfavorecidas, y los deportistas y trabajadores con exigencia física elevada o expuestos al sol.
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