{xtypo_dropcap}N{/xtypo_dropcap}o es la primera vez que Cantabria recibe la visita de chanchulleros profesionales, creadores de pufos y vendedores de humo.
Como ejemplo más reciente y uno de los más llamativos -quizá por la mezcla entre exotismo, histrionismo y folclore- tenemos el ínclito propietario (sí, porque todavía es el dueño mayoritario) del Racing de Santander, Alí Syed, pero lo más probable es que no será el último.
También hay que sumar el fastuoso presunto proyecto de la Ciudad del Cine, puro humo con intenciones indescifrables. Cantabria parece atraer como un imán todas estas telas de araña tejidas con mentiras, pero lo que sí está claro es que debe existir mucha más prudencia y diligencia de investigación con los presuntos inversores que acuden a esta tierra.
Si se hubiera investigado un poco, sin ser Sherlock Holmes, muchas de estas irregularidades hubieran salido a la luz mucho antes.
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