Principado de Asturias, ligero de cascos

{xtypo_dropcap}A{/xtypo_dropcap}unque estemos tan cerca, no parece que nos afecten los acontecimientos que ocurren en Asturias, aunque, como veremos después, sí que pueden salpicarnos.

El Presidente del Principado, Álvarez Cascos, ha convocado nuevas elecciones siete meses después de las últimas, en las que logró su objetivo, aunque en minoría, pero los acontecimientos no parecen favorecerlo, a tenor de la decisión, un tanto insólita. Insólita, por la cercanía de los últimos comicios, aunque legítima.

Lo justifica acusando a un pacto PP-PSOE para echarle abajo los presupuestos, asegurando que existe una manifiesta confabulación entre los dos principales partidos, para boicotear su gestión.

Con la próxima cita electoral, curiosamente el mismo día que las andaluzas, es decir, el 25 de Marzo, Cascos pretende, supongo, alcanzar los 6 miembros que le faltaron para lograr una mayoría cómoda, pero hay dudas razonables sobre si va a conseguirlo. En caso contrario, mucho me temo que la supuesta confabulación, de existir (que sí), se vería corregida y aumentada y su futuro en la poltrona estaría pendiente del hilo de la moción de censura.

Pero, ¿en qué puede salpicarnos al resto?. En algo tan sencillo, pero al mismo tiempo tan grave, como el gasto que supone una convocatoria electoral. Tal y como andamos, lo menos aconsejable es meterse en más «ferias» de estas. Asturias, como el resto del país, no está para bromas, pero el «Don Pelayo del Siglo XXI», parece obviarlo.

Sería importante. Imprescindible, más bien, pensar las decisiones y sus consecuencias, antes de tomarlas. Pero don Francisco parece empeñado en hacer honor a su segundo apellido y un buen día (o tal vez no tan bueno), se levantó de eso, de cascos, y se reencontró con la Batalla de Covadonga y… ¡hala. Asturias, patria querida!

Con estos políticos, uno se acuerda de aquella sentencia del humorista Forges: «¡País…!».