¿Por qué España depende del aceite de girasol de Ucrania?
Entre las muchas consecuencias del salvaje ataque de Rusia a Ucrania, en España se está viviendo otra sorprendente situación: la escasez de aceite de girasol en los supermercados. Es una situación que contrasta con la fortaleza del aceite de oliva, un mercado en el que España es líder mundial por calidad y por cantidad de producción.
En la práctica totalidad de cadenas de supermercados españoles se han instaurado medidas para limitar la compra de aceite de girasol, del que Ucrania es una potencia exportadora y España uno de los principales compradores e importadores.
En cuanto al cultivo de oleaginosas en España, según las estimaciones de la Subdirección General de Análisis, Coordinación y Estadística (SGACE) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la superficie cultivada de girasol, colza y soja en la campaña de comercialización 2020/21 con unas 727 mil hectáreas, se reducirá un 9% sobre la media de las últimas cinco campañas y un 6% frente a la campaña anterior, ya que el área cultivada de girasol continuará disminuyendo.
La principal comunidad productora de oleaginosas en la campaña 2020/21 fue Castilla y León, seguida de Andalucía, pero ya se apunta que las comunidades españolas que producen girasol no serán capaces de absorber toda la producción que hogares e industrias españolas necesitan.
Los efectos se notarán no solo en los hogares donde se usa el aceite de girasol para las frituras, también tendrá efectos en multitud de sectores industriales donde se utiliza este tipo de aceite en sus procesos de producción de muchos alimentos preparados.
España, primer exportador mundial de aceite de oliva
A diferencia del aceite de girasol, el sector del aceite de oliva es un pilar fundamental en el sistema agroalimentario español.
España es líder mundial en superficie, producción, y comercio exterior gracias a la tradición olivarera de nuestro país y a una industria tecnológicamente avanzada y profesional capaz de obtener aceites de gran calidad. La producción española de aceite de oliva supone el 70% de la producción de la UE y el 45% de la mundial.
El sector no solo tiene una indiscutible importancia económica, sino que también tiene una gran repercusión social, ambiental y territorial. Más de 350.000 agricultores se dedican al cultivo del olivar, el sector mantiene unos 15.000 empleos en la industria y genera más de 32 millones de jornales por campaña.
Además, los procesos de transformación y distribución de sus producciones, incluidos sus subproductos, constituyen la principal actividad de numerosos municipios y una industria asociada que vertebra y cohesiona, en muchos casos, el medio rural donde se asienta, apoyándose en un fuerte movimiento cooperativo de base.
El olivar abarca 2,75 millones de hectáreas de las cuales 2,55 millones de hectáreas pertenecen a olivar de almazara (93% del total de olivar). El cultivo del olivo está presente en 15 de las 17 comunidades autónomas con una distribución centro-sur y este de la península. Andalucía es la mayor región productora con 1,67 millones de hectáreas y concentra, fundamentalmente en Jaén, su tan característico “mar de olivos”.
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