{xtypo_dropcap}A{/xtypo_dropcap}sí se podría pensar que son los políticos en España. Muchos, malos y caros. Políticos capaces de retrasar unos presupuestos con el objetivo de ganar unas elecciones.
Políticos capaces de cobrar dos, tres, cuatro, y hasta cinco sueldos -con sus dietas correspondientes- y políticos capaces de votar lo contrario de lo que necesita su tierra, con tal de seguir a rajatabla la disciplina interna, intentando agradar al líder.
Así, en España van pasando las décadas y en las filas de todos los partidos políticos -mucho más entre los dos partidos mayoritarios que llevan alternándose en el poder desde la Democracia- parecen florecer los aprovechados y mangantes, que de forma directa o indirecta se aprovechan del poder de sus cargos para prosperar en su vida personal.
Visto así, es normal que el ciudadano esté absolutamente desafecto de sus políticos, porque además se transmite la sensación de que nunca hay consecuencias, nunca pagan por sus impuros actos…¿es así? ¿Debe ser así? La política sería de verdad una ocupación honrosa, si se hiciera una profunda limpieza en el seno de sus partidos. Empezando por las cúpulas, y siguiendo hacia abajo. Limpieza, luz y taquígrafos.
- Desmantelada una red que podía mover seis toneladas de cocaína al año - 23 de febrero de 2025
- Industria investiga a dos empresas por presuntas estafas en reparación de electrodomésticos en Cantabria - 23 de febrero de 2025
- Podemos pide el cese de Pascual por decir a los alcaldes que «no soñéis con médicos de refuerzo este verano» - 22 de febrero de 2025