Miles de personas disfrutan la noche más mágica de Santillana del Mar

Santillana del Mar volvió a irradiar ilusión al vivir con más emoción que nunca la noche más mágica del año, como ya es tradición en la Villa cada 5 de enero desde 1959.

Miles de personas, entre las que destacaba el protagonismo del público infantil, revivieron con gran intensidad y con una emoción sentida a flor de piel, la representación del Auto Sacramental que estuvo animado en todo momento, por un acompañamiento musical y pirotécnico, que completaba la narración de las escenas bíblicas que recordaban el nacimiento y adoración del niño Jesús.

Las ganas de vivir y sentir la fiesta pudieron con una climatología que no acompañaba, pero la dedicación y sacrificio de cerca de 500 voluntarios del municipio, pudo más. El Ayuntamiento de Santillana del Mar, que dirige Isidoro Rábago León agradeció el apoyo y la colaboración vecinal mostrada hacia este evento, condicionantes sin duda, que han hecho posible que la convocatoria haya conseguido obtener el reconocimiento de ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, como ha sido distinguida en el 2009.

Desde la Concejalía de Festejos, que dirige Ángel Rodríguez Uzquiza se ha cuidado hasta el más mínimo detalle para asegurar y conservar la pureza de una representación tan solemne y con tanta historia. De ahí la realidad mostrada en cada rincón de la Villa, convertida por unas horas en Belén de Nazaret. Los nobles edificios se transforman para dar vida desde la casa del mesonero que no dio posada a José y María, hasta el castillo del Rey Herodes.

El escenario que más ha llamado la atención ha sido el Portal de Belén instalado en la Plaza Mayor. La Torre de Don Borja se transforma de tal manera, que el público un año más, ha podido admirar la composición del nacimiento, en el que no faltó desde la tradicional estampa de José y María con el niño, hasta el acompañamiento real de la mula y el buey, con ángeles y pastores. La llegada de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar hizo las delicias de los más pequeños, al ver totalmente ensimismados las carrozas llenas de regalos que portaban. El momento de la adoración de los Magos, al niño Jesús supuso que en la Plaza Mayor de la Villa se escuchará de nuevo el Aleluya de Haendel mientras se disfrutó de un espectacular espectáculo de luz y color.