“Mi mejor traje es el que tengo entre manos en cada momento”, afirma en Laredo el modista Lorenzo Caprile
Los casi 20 años de trayectoria profesional que lleva a sus espaldas ha sido el tema elegido por el modista Lorenzo Caprile para vertebrar la conferencia ofrecida esta tarde en Laredo en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria. La presentación en público de un video elaborado por el director de fotografía y publicidad Enrique Caruncho que muestra tanto sus inicios en distintas firmas italianas y españolas, como el quehacer diario en su taller ha servido de prólogo para quien todavía no supiera el importante lugar que ocupa Lorenzo Caprile en la moda española.
El popular creador, que el año próximo celebrará el vigésimo aniversario de su taller especializado en trajes de boda y ceremonia, ha ido desgranando no sólo los aspectos más mediáticos de su carrera, como la habitual presencia de sus trajes en las alfombras rojas o sus creaciones para la Realeza, sino también otros quizá más desconocidos para el gran público. Caprile ha asegurado que «estos 20 años se me han hecho cortísimos», ya que «cuando uno tiene el privilegio de dedicarse profesionalmente a su pasión, el trabajo no es trabajo». Además, ha asegurado que todavía le quedan muchísimos retos pendientes, y que lo bonito de la vida reside, precisamente, en «que siempre haya sueños por cumplir». Este nivel de insatisfacción positiva es, precisamente, el motor que le anima a seguir otros 20 años más. Este optimismo también queda patente cuando señala que «mi mejor traje es siempre el que tengo entre manos en ese momento; eso me hace mirar hacia adelante, superarme, saber que lo mejor está siempre por llegar».
A lo largo de estos 20 años de carrera, en los que ha ganado seguridad «y cierto atrevimiento», su fuente de inspiración siempre ha sido la clienta. De la singularidad de cada persona, de sus virtudes y sus puntos débiles, Caprile ha ido aprendiendo cada día un poquito más sobre el complejo asunto de satisfacer a la clientela, ya que su objetivo siempre ha sido, sin duda «que la mujer que acude a mi taller salga contenta», ya que es consciente de que «de ese encargo pueden salir otros diez, y aunque un encargo mediático ayuda mucho, al final lo que cuenta para el día a día del negocio es la satisfacción y la posible recomendación de la clienta». De hecho, Caprile ha confesado que cuando recibe un encargo de una persona popular procura abstraerse y huir de los agobios, retomando su máxima de dar lo mejor de sí mismo en cada proyecto, independientemente de su envergadura mediática.
Con el visionado del video de Enrique Caruncho y el posterior coloquio generado entre ponente y público, los asistentes al acto han tenido la oportunidad de observar el día a día de un taller de moda artesano, en el que todos los encargos se confeccionan a medida. Como ha señalado Caprile, «el trabajo en el taller es una combinación en tre rutina e improvisación; es rutinario en el sentido de que existen una serie de horarios y protocolos que hay que cumplir, con citas, pruebas, recepción de proveedores, etc., pero también es impredecible porque no sabes quién va a aparecer por la puerta cada día, o porque un traje se te resista, que también ocurre».
Caprile, que cree que las tendencias «son inventos de los medios de comunicación», admite que la crisis no ha pasado totalmente de largo por el sector nupcial, pero que su influencia ha sido menor que en otros lados. «Afortunadamente, la boda en España es una tradición muy asentada, que supone todo un acontecimiento y en el que la gente todavía se concede caprichos», ha celebrado el modista, que sin embargo también ha señalado que en tiempos de crisis conviene incrementar el nivel de exigencia con uno mismo, y no permitir ni un error.
Polifacético
Como persona inquieta y observadora que gusta de empaparse de todo lo que le rodea, Caprile también ha repasado sus múltiples proyectos al margen del taller, algo que compagina «a base de organización y delegando en ocasiones en mi equipo, en el que confío plenamente». Así, el modista ha hablado de su labor como figurinista para cine y teatro; de las colecciones que realizó hace unos años para Pronovias o Rosa Clará, «dos experiencias maravillosas que no me importaría repetir, pero que considero incompatibles con el trabajo en un taller artesanal», o del traje que realizó a Miguel Bosé para su gira en el año 2004. También se ha mostrado dispuesto a colaborar con alguna firma de moda low cost, y aunque es consciente de que este trabajo distaría mucho del llevado a cabo en su taller artesanal, lo consideraría «una manera de ejercitarse, de demostrar que eres capaz de elaborar algo bonito con un mínimo de materiales y de costes de producción».
Pero su currículum no se cierra aquí. Además de dedicarse a la confección, a Lorenzo Caprile le gusta hablar sobre ello. Así, proyectos como su libro, «Vamos de boda», editado en el año 2003, o la colaboración que realiza semanalmente en el programa radiofónico de Julia Otero, «Territorio Comanche», son dos episodios de los que se siente enormemente orgulloso pero que no puede ampliar «por un mero problema de falta de tiempo».
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