• 7 de noviembre de 2024

Más necesarios que nunca

Por Raúl Liaño Garallar, delegado comarcal de CC OO en Torrelavega

 

Raúl Liaño{xtypo_dropcap}L{/xtypo_dropcap}a actual crisis, que llevamos sufriendo desde 2008, ha hecho que se plantearan muchos debates y que se realizaran muchos análisis sobre su origen, su mejor gestión, las posibles soluciones, formulas mágicas, etc.

 

En un primer momento todos los «expertos» y «menos expertos» coincidían en el origen de la crisis: las hipotecas subprime fueron la gota que colmó el vaso, dentro de una especulación financiera sin escrúpulos, en un mercado bancario totalmente desregulado.

 

En esa primera etapa de la crisis, también coincidían casi todos en que eran necesarios cambios profundos en el sistema económico, fundamentalmente regulando el sector financiero, estableciendo controles y normas internacionales, es decir estableciendo reglas para evitar que se seguiría con la economía de casino que nos ha llevado a esta situación. Algunos iban más allá todavía y hablaban de refundar el capitalismo, es decir, de dar un vuelco al actual sistema.

 

Pero desgraciadamente, con el paso del tiempo, y el agravamiento de la crisis internacional, el discurso, y sobre todo, las recetas para salir de la crisis fueron cambiando. De esta manera los causantes de esta situación, ese ente etéreo que llamamos mercados, han ido imponiendo progresivamente sus reglas, imponiendo sus recetas mágicas, cual dogmas de fe. Pero lo que es más grave aun, han conseguido establecerse por encima de las políticas públicas, e incluso de los gobiernos elegidos democráticamente.

 

Este nuevo escenario que se nos plantea hace que las decisiones de los mercados (multinacionales, gran banca, grandes fondos de inversión, FMI, BCE, Agencias de (des)calificación, etc.) pongan en tela de juicio los derechos económicos, laborales y sociales en los que se basa la convivencia de nuestras sociedades «democráticas».

 

Y es en este nuevo escenario de recortes; donde la palabra de moda es la austeridad, donde se nos sigue pidiendo más y más sacrificios a los de siempre, sin estudiar ninguna otra alternativa, porque, según «nuestros representantes políticos», es la única solución para contentar a los dichosos mercados; donde aparece el sindicalismo de clase con su papel reivindicativo y de defensa de los derechos laborales y sociales, como obstáculo a la implantación de todas estas medidas neoliberales, que ya en el pasado, han demostrado ser nefastas para los ciudadanos (todas las fórmulas que ahora se plantean para Europa fueron aplicadas en los años 80 en América Latina por las mismas manos ejecutoras-FMI- con los resultados que hoy todos conocemos). Pero nos oponemos proponiendo alternativas, fórmulas distintas para salir de este lío en que nos han metido, porque haberlas haylas. Sobre todo exigiendo que los sacrificios sean compartidos con equidad, de manera socialmente justa, donde los que más tienen, y sobre todo, los mayores culpables de esta crisis sean los que más tengan que responder.

 

Por eso, desde CCOO creemos necesario reivindicar el papel de los sindicatos de clase, que buscan ser defensores de intereses generales y protectores de los derechos de convivencia y ciudadanía. El movimiento sindical lleva ya varios años recibiendo ataques desde los círculos políticos, económicos y mediáticos (reaccionarios y no tanto), que sin ser nuevo, si notamos tintes de agresividad nunca vistos. Tenemos claro que se ha orquestado una campaña de acoso y derribo desde los círculos de poder antes mencionados, sobre todo, porque somos el último muro de contención de las políticas neoliberales.

 

Pero dicho lo anterior, no queremos evitar la autocrítica y la reflexión, pues creemos que estamos ante una buena oportunidad para reflexionar sobre el movimiento sindical ante los desafíos presentes y futuros. Pero partiendo de la base incuestionable de nuestra legitimidad que se basa en 3 fuentes: afiliación, participación y resultados de las elecciones sindicales, amplísima presencia en la negociación colectiva que afecta a todos los trabajadores, aunque no sean afiliados, y representación institucional ante los poderes públicos defendiendo intereses generales de toda la ciudadanía.

 

Desde CCOO siempre hemos trabajado intensamente con propuestas, de manera activa. A nivel internacional, a través de la CES (Confederación Europea de Sindicatos), y de la CSI (Confederación Sindical Internacional); que agrupan a los principales sindicatos a nivel europeo, y mundial, respectivamente: quita y demora de la deuda de determinados países, eliminación de paraísos fiscales, una nueva moneda de referencia diferente al dólar, subir gravamen fiscal a las SICAV, aplicación de tasas a las transacciones financieras, etc. A nivel nacional: ajuste del déficit sobre los acreedores con una quita sobre las deudas de las familias y las empresas, fiscalidad más progresiva, atajar el altísimo fraude fiscal, restaurar impuestos que se han ido eliminando en los últimos años, etc.

 

Desde el estallido de la crisis, nuestro papel como sindicato ha estado saturado por la avalancha de los efectos de la crisis (ERE´s, desempleo, reformas, recortes, etc.), en definitiva, pérdida o reducción de derechos. Quizás sea el momento de salir a la ofensiva y presionar más para que las políticas de ajuste sean socialmente más justas y actúen sobre las causas principales de la crisis, porque tenemos claro que, o actuamos sobre las causas de la crisis, o los efectos de estas no tendrán límites.

 

Desde CCOO creemos necesarias, más que nunca, la búsqueda de alianzas con todas aquellas fuerzas y colectivos que, como nosotros, crean que hay otras alternativas para salir de esta maldita crisis de la que las clases trabajadoras no somos culpables, y que, sin embargo, estamos pagando y sufriendo casi todas sus consecuencias. Por eso tenemos que conseguir concienciar, despertar y movilizar a la sociedad en general, y a la clase trabajadora en particular. Debemos confluir con los partidos políticos que estén en nuestras mismas tesis, o parecidas, caso de IU, algunos sectores del PSOE y otros partidos de izquierdas. Todo ello sin olvidar que la respuesta no sólo debe darse a nivel nacional, sino también internacional, y para ello es fundamental el papel de CES y CSI.

 

CCOO siempre ha jugado un papel relevante, y muchas veces fundamental en determinados momentos de nuestra historia democrática y predemocrática. Ahora nos encontramos en uno de esos momentos cruciales de nuestra historia y queremos ser y vamos a ser un actor protagonista.

 

Para ello no nos van a doler prendas, y creemos necesario ser autocríticos y analizar y reflexionar sobre nuestro funcionamiento, nuestras estructuras, nuestro modo de llegar a los trabajadores y a toda la sociedad en general. Tenemos que hacer un esfuerzo para llegar colectivos y sectores que cada vez nos son más difíciles: PYMES, jubilados, autónomos, desempleados.

 

Partimos de la base, y tenemos muy claro, que el modelo sindical español es el que es, no decimos que sea ni mejor ni peor que otros como los anglosajones o los de los países nórdicos, donde, por ejemplo, las condiciones y derechos que dan los convenios colectivos a los trabajadores, sólo se les aplican si están afiliados al sindicato que ha negociado dicho acuerdo laboral, lo que asegura unos porcentajes de afiliación altísimos. Se podría debatir mucho sobre los diferentes modelos sindicales europeos y ver cual seria el mejor. En todo caso, nuestro modelo también tiene sus ventajas, desde nuestro punto de vista, sobre todo porque todos los trabajadores, tanto de PYMES como de grandes empresas, están amparados por sus convenios, ya sean sectoriales, territoriales, de empresa. Ahí es donde aparecemos los sindicatos, negociando esos convenios, impidiendo que las relaciones laborales se atomicen o se individualicen, como pretende la patronal. Porque, cuando un trabajador firma un contrato, ¿qué poder de negociación tiene delante del empresario? ¿Cuántos trabajadores pueden regular sus condiciones (salario, jornada, turnos, descanso, permisos, etc.) en la firma del contrato? La suerte que tenemos a día de hoy es que todas estas materias quedan reguladas a través de los convenios colectivos. Sin embargo, este modelo discrimina a los afiliados , no fomenta la afiliación y determinados sectores interesados cuestionan nuestra representatividad. En CCOO, como el resto de sindicatos españoles, tenemos una organización de pirámide invertida, con una estrecha base (afiliación), con un núcleo que sería nuestra representación (delegados/as), y en la cima nuestro campo de actuación (trabajadores/as). Lógicamente esta disfunción organizativa se intenta compensar con las famosas, más que merecidas e imprescindibles para llevar adelante nuestra labor, subvenciones.

 

Quiero detenerme un poco en las subvenciones y hacer una comparación que estoy seguro os va a hacer reflexionar y daros cuenta de cuanto de manipulación y mala intención hay por parte de los que sacan continuamente y cuestionan nuestras, como he dicho antes, merecidísimas subvenciones, que siempre revierten en beneficio de todos los trabajadores y de toda la sociedad en general:

 

Los sindicatos reciben del Estado por esta acción sindical que desarrolla las leyes y las adapta a cada sector y empresa 15,7 millones de euros. Hablamos de más de 9.000 convenios y la mayoría de los trabajadores y trabajadoras regulados por un convenio colectivo.

Las organizaciones empresariales, todo hay que decirlo, reciben ayudas similares. Los partidos políticos reciben 84,4 millones de euros, la Casa Real 8,9 millones y la Iglesia Católica, sin reconocimiento constitucional en un Estado Laico, recibe 252 millones de euros.

Las asociaciones juveniles reciben 7,8 millones. La Federación Española de Fútbol 4,8 millones. Las empresas privadas de prensa escrita y las televisiones privadas reciben 360 millones de euros, el Cine Español 89,6 millones de euros.

Los curas que trabajan en instituciones públicas como hospitales, cárceles y el ejército, reciben lo mismo que los sindicatos, 15 millones de euros.

Los profesores de religión nos cuentan 600 millones de euros y las subvenciones a los toros 564 millones de euros, aunque sólo merecen el interés del 28 por ciento de los españoles.

No parece mucho, la cantidad que reciben los sindicatos. Sin embargo siguen abundando los ataques según los cuales los sindicatos están comprados y no defienden los intereses de los trabajadores.

Veamos el caso de CCOO. Los más de 1.200.000 afiliados y afiliadas, con el pago de las cuotas, cada mes, aportamos 118 millones de euros al sindicato. Los servicios jurídicos para afiliados y no afiliados, apartan unos 20 millones de euros. Las subvenciones del Estado no llegan a suponer ni el 10 por ciento del total de nuestros ingresos.

Los poderes económicos, salvados de la crisis por el Estado. Los poderes políticos que mantienen sueldos públicos, subvenciones públicas y una corte injustificable de cargos a dedo, asesores, gabinetes, etc.

Los poderes mediáticos, que viven de la subvención y la publicidad de las Administraciones Públicas, saben todo esto, conocen la realidad.

Pero siguen atacando a los sindicatos, porque saben que son la barrera más sólida para frenar la avaricia, la especulación, la corrupción y los cambios que pretenden introducir para, a base de ajustes y recortes, hacer pagar a los trabajadores y sus familias, el coste de la crisis.

Para ello no dudan en utilizar dos tácticas muy ensayadas por los regímenes totalitarios, autoritarios y fascistas: «Las grandes masas sucumben más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña», «una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad».

¿Sigues pensando que son injustas las subvenciones que recibimos?

Todos nosotros elegimos cada día caer o no caer en estas trampas.

 

David Laguillo

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David Laguillo

https://www.cantabriadiario.com

David Laguillo (Torrelavega, 1975) es un periodista, escritor y fotógrafo español. Desde hace años ha publicado en medios de comunicación de ámbito nacional y local, tanto en publicaciones generalistas como especializadas. Como fotógrafo también ha ilustrado libros y artículos periodísticos. Más información en https://www.davidlaguillo.com/biografia

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