Los consumidores rechazan la propuesta del Ministerio para calcular el precio de la luz
- La asociación denuncia que el precio será fijado exclusivamente por las empresas suministradoras sin control público
La Unión de Consumidores de Cantabria (UCC) ha mostrado este viernes su rechazo al nuevo sistema para fijar el precio de la luz que pretende aprobar el Ministerio de Industria, porque a juicio de esta organización de consumidores no se va a poder aplicar y porque deja las manos libres a las empresas para establecer las tarifas sin control público.
La propuesta ministerial consiste en habilitar cuatro tipos de facturación. En el primer modelo, se pagaría según el precio del mercado cada hora, siempre y cuando se disponga de un contador inteligente que permita realizar este cálculo. La segunda posibilidad es que se facture el promedio de los precios que se hayan registrado en los dos meses anteriores. La tercera opción es abonar un precio fijo al año, como una tarifa plana. La cuarta y última es la posibilidad de concertar acuerdos bilaterales entre cada compañía y cada ciudadano.
El coordinador de Unión de Consumidores de Cantabria, Francisco Bautista, cree que esta fórmula incrementará el desastre de facturación que ya aqueja a los usuarios cántabros desde 2008, «puesto que no resuelve el encarecimiento del precio, que se basa todavía en un mercado especulativo que trata como bien de lujo un suministro de primera necesidad».
Unión de Consumidores explica que la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios establece el derecho a conocer el precio de los bienes y servicios antes de formalizar el contrato. «Lo contrario -argumenta Bautista- supone dejar en manos de las empresas un elemento tan esencial del contrato como es el precio, hasta que llegue el momento, si es que no ha llegado ya, en que nadie conozca qué paga y a qué precio».
UCC denuncia que la fijación del precio de la luz quedará totalmente en manos de las compañías eléctricas y que su aplicación cotidiana será tan críptica que ningún consumidor, por bien formado que esté, podrá saber qué paga con carácter previo al consumo. Hasta el punto de que las inversiones del consumidor para fomentar el ahorro energético, comprar bombillas led o electrodomésticos tipo A, será inútil puesto que no sabrá si ahorra o deja de ahorrar.
DIFICULTADES PARA APLICAR LAS 4 TARIFAS
Si las compañías eléctricas en Cantabria no han podido leer los consumos y facturar en los plazos reglamentarios -en algunos casos han tardado hasta tres años en realizar la lectura-, según ellos por problemas informáticos, «habrá que preguntarse cómo se las van a apañar para facturar cada hora a los usuarios y cómo podremos comprobar que es correcto». «No creemos que esto sea posible y sostenemos que propiciará que nadie sepa lo que paga ni por qué lo paga», denuncia el coordinador de UCC.
Unión de Consumidores añade que el argumento de que los organismos reguladores velarán por la exactitud de las lecturas causa risa, «pues dudamos seriamente de que la Consejería de Industria del Gobierno de Cantabria tenga capacidad para efectuar los controles que nuestro optimista ministro propone», apostilla Bautista.
Respecto al segundo modelo, la facturación promedio del bimestre adolecerá del mismo defecto. UCC cree que nadie podrá verificar la exactitud de los importes facturados lo que dejará al usuario en situación de pagar a ciegas sus consumos, haciendo un acto de fe.
La tarifa plana supondrá un encarecimiento aún mayor del recibo porque las compañías, por no perder, fijarán un precio más elevado que el previsible. Por último los acuerdos bilaterales -que suponen negociar el precio kilowatio/hora entre la compañía y el cliente- es un derecho en cualquier relación contractual que las eléctricas reservan para los grandes clientes, y que no están dispuestas a aplicar a los consumidores individuales. «Porque no les interesa y porque no tienen capacidad de gestión para atender y facturar a cada cliente los precios individualmente pactados», afirma Bautista.
PETICIÓN DE UCC
Por tanto, UCC exige al Gobierno que acometa cuanto antes una reforma del régimen tarifario -justo y sometido a controles públicos- que garantice al consumidor a qué precio va a pagar la luz antes de consumirla. Una reforma que cuente con las organizaciones de consumidores y que regule la situación del usuario en caso de impago, con la prohibición del corte de suministro; así como las consecuencias de la vulneración de las obligaciones en cuanto a facturación y cobro por parte de las empresas, con la aplicación de un régimen sancionador.
En definitiva, una reforma para evitar que el precio de un servicio básico siga siendo, como es hoy, ‘un lujo’ para todos los ciudadanos, según esta asociación.
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