¿Paz social o qué?
Por Manuel Haro Alcalde
{xtypo_dropcap}C{/xtypo_dropcap}uando decidí tomarme unas semanucas de vacaciones, le comenté a mí amigo David, a la sazón responsable de ésta entrañable página, que iba en busca de un poco de paz social. ¿Paz social o qué?, porque tal vez por aquello de la deformación profesional o vaya usted a saber, no podía evitar que al pasar por el kiosko de turno se me fuera la vista, de reojo, a las portadas de los periódicos. Nada. Más de lo mismo. Esto no avanza. Y eso que la mayoría de los rotativos eran de lengua extranjera, por aquello de que el lugar elegido (magnífico, por cierto), estaba plagado de lo que conocemos coloquialmente por «guiris». El vano intento por la evasión de malas noticias (o al menos, no tan buenas como quisiéramos), nos arrastraba en busca de un poco de luz en el túnel. Nada. Europa, Alemania, Bruselas, Bankia (¡vaya, vaya!)… ¡qué les voy a contar!. De vuelta a casa, el desbordamiento de la catarata cuando se abrió (o reventó) la compuerta, sigue dejando, a su paso, riadas de acusaciones a un Gobierno al que se le exige la inmediatez de controlar lo hasta ahora descontrolado. No será porque no avisaron: «La cosa está muy malita… y lo que nos queda». Ahí están asuntos turbios (por no decir sucios, que suena más feo) y «corruptelassinfronteras.com«, de las que no se libran ni jueces ni magistrados. Carlos Dívar, para asuntos a resolver en horas, invertía viajecitos de cuatro días a Marbella, a gastos-pagos. No, si el hombre no tiene mal gusto, porque supo distinguir la Costa del Sol, cuando pudo elegir, por ejemplo, Argomilla de Cayón. ¡Digo yo!. Lo de RTVE, también me llama la atención. ¡Cuántas veces nos lamentamos de los despilfarros del ente público!. Miles de personas haciendo pasillos, leyendo el periódico, fugas de dinero sin control… y ahora que se quiere controlar todo con la reducción de 200 millones de euros, nos tiramos de los pelos.¿ En qué quedamos?. Desde la oposición, llaman «atentado» al nombramiento de la nueva Dirección, cuando a «lo» de la T-4, lo calificaron de «accidente». ¡Ay, amigo Sancho, cuán veredes son algunas cosas…! Sería interminable, por lo que dejaremos más para próximos días… si David me lo permite. Sí lo hará, porque a pesar de su juventud, es claro ejemplo de libertad y tolerancia. Algo que tantos deberían copiar. Dejaremos algo que nos llama especialmente la atención, tal vez por nuestra innegable afición al fútbol pero tan innegable, como represora de algunas decisiones que no sólo no compartimos, sino que rechazamos de plano, como por ejemplo los lamentables episodios con motivo de la final de la Copa del Rey. Y ya ni les cuento la última: la Supercopa de España, es decir, la que jugarán los campeones de Liga y Copa, se jugará, el próximo año 2.013… ¡¡en China!!. Eso sí: a cambio, dicen, de 30 millones de euros… o vaya usted a saber. ¿Quién controla esto?.¿ O habrá recortes también?. ¡Ay, Dios mío!.
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