

Escrito por David Laguillo
{xtypo_dropcap}L{/xtypo_dropcap}os etarras son calaña, eso lo sabemos casi todos. También puede calificarse así a sus amiguitos, sus socios o aquellos medias tintas o meapilas que no se mojan en su contra ni expresan sus condenas, bien por ser recalcitrantes en una reivindicación muy mal entendida de una vena “progre”, o bien por algún otro mal cerebral o problemas mentales de algún tipo que, sin duda, requieren de intervención profesional inmediata.
Tan culpable es el puerco, con perdón para los puercos, que ha puesto la bomba que ha matado al policía Eduardo Pueyes García, como quienes hoy andarán por ahí tan campantes, paseando para ir al bar a tomarse sus zuritos, o a jugar al mus, sin mostrar su condena y repulsa de este acto, e incluso dando algún discurso o declaraciones de esas tan “tibias” que ni chicha ni limonada, como dice el refrán. En estos casos, para no decir nada, mejor que callen.
Para los etarras y sus amigos, tan solo un deseo desde hoy y de cara al futuro: infierno y horror para vosotros.
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