Fuenteovejuna y el Racing
- Editorial
David Laguillo
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Políticamente, hay algunas similitudes entre Fuenteovejuna, la obra tradicional de Lope de Vega y el descenso imparable a los infiernos del Racing de Santander. Entre todos los políticos, de los tres bandos, lo mataron y el solo se murió.
El despropósito firmado por PRC y PSOE en Zurich sin investigar bien a quién le entregaban uno de los activos más importantes de Cantabria como era el Racing -ya no lo es- y el nuevo despropósito del ejecutivo actual del PP que confió todo a una carta perdedora en forma de una tímida denuncia ante la Corte Arbitral de la Cámara de Comercio de Madrid (una denuncia descafeinada o «light»)…
Todavía hace falta saber quién cargará con el muerto, quien quedará para la historia como el culpable último de la situación, quien firmará el certificado de defunción, entendiendo que el ínclito Aly Syed no era más que otro peón, un ‘friki’ de medio pelo que quizá podría haber seguido con sus perrerías por medio mundo si no se hubiera cruzado su destino con el Racing de Santander.
Y en medio de todo este desastre, la afición, los únicos que no tienen culpa de ver que el club de sus amores está inmerso en la ignominia. Fuenteovejuna sí, pero no tanto.
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