Facebook, su lado más oscuro: ¿potenciar el odio para ganar más dinero?
- Mundo digital
David Laguillo
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Frances Haugen, exempleada de Facebook como responsable del equipo de Integridad Cívica de Facebook, ha desvelado que el algoritmo de la empresa favorece el odio porque así se pasa más tiempo en la plataforma y eso significa más dinero para Facebook
Facebook niega las acusaciones y afirma que Haugen crea una «narrativa falsa» para exponer una «imagen falsa» de la empresa
El gigante tecnológico Facebook es propietario de la red social del mismo nombre, WhatsApp e Instagram, y vive momentos complicados.
A reciente caída de los tres servicios, que le habría costado unos 6.000 millones de dólares al propio dueño de Facebook Mark Zuckerberg, se le suman las inquietantes declaraciones de Frances Haugen, exempleada de Facebook en el departamento de Integridad Cívica, que ponen en cuestión la «ética» de la empresa. Tras los documentos filtrados por Haugen y publicados por The Wall Street Journal, crecen las dudas sobre la actividad de la empresa y su impacto en la sociedad.
¿Qué es el algoritmo?
Se habla mucho del famoso algoritmo de Facebook, Google u otras gigantes empresas tecnológicas, pero no siempre se explica con claridad y sencillez.
Usted entra a su perfil de Facebook y le aparecen varias de las primeras historias de sus amigos o de las empresas o famosos a los que usted sigue. Pero no le aparecen todas, ni mucho menos, sino tan solo unas pocas historias, seleccionadas por un complicado conjunto de reglas.
Esas opacas reglas del algoritmo se basan en factores como el uso de la red, hábitos, gustos e incluso por las campañas publicitarias que a Facebook tanto le gustan. Eso es el algoritmo, lo que genera que la neutralidad en Facebook no existe porque es la propia empresa la que decide, unilateralmente y sin transparencia hacia el usuario sobre el funcionamiento del algoritmo, qué ve usted en su perfil, y qué publicaciones no ve.
De esta forma, el algoritmo se convierte en un elemento clave y esencial a la hora de filtrar discursos de odio, desinformación y polarización política.
Según Haugen, Facebook siempre prima sus ganancias en forma de publicidad antes que la seguridad de los usuarios o, incluso, la propia salud mental de los miembros de Facebook, dado que el impacto que las publicaciones y discusiones tienen en la mente de las personas a corto, medio o largo plazo es un campo de investigación que se abre a numerosas interpretaciones.
En el año 2018, Mark Zuckerberg aseguró que el nuevo algoritmo no iba a fomentar ni el odio, ni la desinformación, ni la polarización política. Sin embargo, Frances Haugen afirma que tuvo el efecto contrario y Facebook no hace nada por cambiarlo.
Por su parte, Mark Zuckerberg lo niega y afirma que Haugen difunde una «narrativa falsa» para crear una «imagen falsa» de la empresa. El multimillonario añade, además, que sus anunciantes «no quieren que sus anuncios estén junto a contenido dañino o de tono furioso».
¿Qué razón tendría Facebook para que el algoritmo favoreciera el odio? Al parecer, las buenas noticias no venden tanto como el jaleo, la bronca y el ‘mal rollo’, que atraerían a muchas más personas, y ese sería el motivo de fondo para pasar más tiempo en la plataforma. Así, al pasar más tiempo en la plataforma Facebook ganaría mucho más dinero comerciando con el ‘oro negro’ del siglo XXI: los datos de los usuarios para mostrar publicidad.
Los escándalos sobre la privacidad y el comercio con los datos personales rodean a Facebook (y otras redes) desde hace mucho tiempo, en base a uno de los axiomas más famosos de internet: «Si algo es gratis, lo que está en venta eres tú».
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