En huelga de hambre a las puertas del Mundial de Vela

En ocasiones el sistema en el que vivimos parece confabularse para, a través de las distintas ramas del Estado y las administraciones, jugar en contra de una persona o de su familia. Así lo cree Juan Antonio Gorrochategui, quien ya protagonizó en 2011 una sonada reclamación subido a un árbol de la Alameda de Oviedo en protesta por, a su juicio, las «injusticias de la Justicia».

Ahora, en una de las entradas principales a la zona de parking del Mundial de Vela, lleva ya en huelga de hambre desde el jueves 11 de septiembre.

Su presencia no pasa desapercibida: una furgoneta y un coche forrados de llamativos carteles con alusiones a sus numerosos problemas durante los últimos años están aparcados junto a la entrada a la zona acotada para el Mundial de Vela. Consigue captar la atención ciudadana y la curiosidad hacia su historia plagada de adversidades.

Entre las adversidades más destacadas que le han sucedido a este padre de 11 hijos están las relativas a la compra de un vehículo -asegura haber sido estafado por un establecimiento de venta de vehículos- y la brutal agresión contra una de sus hijas por parte de un grupo de desconocidos que accedió a su vivienda, con una denuncia interpuesta por Gorrochategui en 2012 de la que afirma no tener ninguna novedad. El factor común a la mayoría de sus adversidades es la inacción o archivo por parte de los estamentos judiciales, según sus palabras.

Se siente perseguido por la justicia e ignorado por los políticos. Gorrochategui difunde toda su historia y relata su huelga de hambre en la página de Facebook denominada «El indignado de Cantabria» y afirma que en breve llevará a cabo una nueva acción reivindicativa para llamar la atención sobre su situación.