El vaivén
Escrito por Juan Manuel Ruiz Gutiérrez
os encontramos en el medio de un vaivén económico compulsivo. El término vaivén tiene diferentes acepciones, pero me quedaré con la que dice “inconstancia, cambio imprevisto en el desarrollo o duración de algo”. ¿Cómo podremos prever una situación imprevista? Una vez que ocurre lo inesperado debemos ser lo suficientemente resolutivos para dar respuesta a una situación imprevista.
Esto es lo que los ciudadanos y ciudadanas debemos exigir a un gobierno, primero que consiga reducir al mínimo las situaciones de excepcionalidad y segundo que cuando ocurran sean capaces de dar una solución rápida y contundente. Pero cuando hablamos de economía las “situaciones imprevistas” se multiplican, dando respuestas diferentes a problemas diferentes. Esta crisis nos está enseñando que es imprescindible “saber” de economía. Los ciudadanos estamos cansados de escuchar palabras como déficit, activos, fondos, bonos, letras, depósitos, inflación, deuda, mercados, riesgo, reservas, crecimiento anual del PIB, préstamos, avales, gasto o inversión.
Antes de la crisis estos conceptos solo los dominaban los economistas, pero cuando se les ha ido de las manos “el negocio” donde todos estamos metidos hasta el cuello, necesitamos también aprender esos términos. A este tipo de conceptos suelen acompañarles porcentajes, los cuales sufren “vaivenes” que, dependiendo quien los interprete, son buenos o no. Los ciudadanos y ciudadanas de lo que sí entendemos y muy bien es del paro y de nuestra “economía casera”. Por lo tanto dejémonos de tanto bono e inflación y expliquemos las medidas que hay que tomar para cada problema en particular. Por favor que no nos engañen, ningún gobierno del mundo puede seguir el plan que marcó en años anteriores porque sencillamente la situación de partida ha cambiado radicalmente, pero sí debemos exigirles soluciones rápidas para afrontar esta crisis. Pero si exigimos soluciones, debemos de interesarnos e informarnos de qué soluciones están ahora mismo encima de la mesa. El Gobierno de España está afrontando la nueva situación con nuevas medidas y reformas.
Pero antes de exponer las medidas del Gobierno, detengámonos un segundo en dos formas de afrontar la crisis. Primero están los que creen que los Gobiernos deben de incentivar el consumo inyectando dinero a las maltrechas economías caseras, y segundo están los que piensan que en este momento se necesita reducir el déficit apretando al contribuyente, donde siempre va implícito una reducción o por lo menos un estancamiento de los avances sociales. La primera es la medida que está llevando a cabo Obama en EEUU, y la segunda es la que está llevando a cabo Europa. Está claro que un parámetro importante es la situación de partida de cada país. La conexión entre ambas propuestas es el intentar dar confianza a los llamados “mercados” que es la tercera pata de la mesa. Por un lado están los gobiernos, por otro están los bancos y por ultimo están los grandes desconocidos llamados “mercados”.
Todas las economías de los países están supeditadas a estos mercados, sobre todo con economías globalizadas, lo que podíamos llamar la “dictadura del capitalismo”. Europa no puede decidir qué solución debe adoptar, ya que la decisión es una decisión impuesta, quedando en segundo término las ideologías para dar paso a soluciones regenerativas del sistema capitalista. Todas la medidas de España van encaminadas a satisfacer las necesidades de los mercados, intentando mostrar confianza para que compren nuestra deuda e inviertan en nuestro país, por eso es tan importante mostrar una imagen fuerte de unidad al exterior. Si los mercados nos dicen que hay que reducir déficit a callar todo el mundo y hay que ponerse manos a la obra para intentar reducirlo.
Esto es increíble pero cierto. Es igual que cuando un profesor nos pone los deberes y hay que entregarlos en una fecha determinada, y si no nos impondrá un castigo. Ante tal situación no queda más remedio que impulsar medidas que reduzcan de forma rápida dicho déficit pero intentando por todos los medios no cargarnos los avances sociales que han tenido lugar durante los últimos años. Por lo tanto, una vez asumido que estamos en la dictadura más dura del capitalismo, y supeditados a las decisiones de los mercados, necesitamos impulsar medidas para favorecer la inversión económica y el empleo, como generalizar la libertad de amortización en el impuesto de sociedades, medida que fomentará la inversión, eliminar la obligación del recurso cameral (hasta ahora todas las empresas y trabajadores autónomos estaban obligados a pagar este canon a las Cámaras de Comercio), creación de empresas en 24 horas, ampliación del número de empresas que se puede acoger al tipo reducido del impuesto de sociedades(25%), regulación de las agencias privadas de colocación o doblar la plantilla de orientadores de los servicios públicos de empleo.
Estamos en una situación en la que necesitamos una política responsable, que genere confianza, primero en el conjunto del Estado, para que esa confianza pueda extrapolarse al exterior. Necesitamos decisiones firmes y decididas en cada momento porque nadie tiene la barita mágica para sacarnos de una situación que hay que verla con unas amplias miras, entendiendo el agotamiento de un sistema que necesita recambio. Estamos en un momento de cambio, donde los mercados no nos dejan mover ficha porque nos tienen cogidos por nuestra “deuda”, pero es momento de afrontar reformas poniendo en valor la ideología, y no como quieren los mercados, ser simples marionetas. La unión hace la fuerza, esta claro, que es el momento de un gran pacto de Estado.
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