El negocio de una huelga de feria

{xtypo_dropcap}D{/xtypo_dropcap}ice el viejo adagio que «cada cual cuenta la feria según le va». Algo aplicable no sólo a la huelga que acaba de pasar, sino a otras recientes de similares características.

No será un servidor quien aporte nada nuevo a lo sucedido. Sería un atrevimiento por mí parte someterme a desiguales comparaciones con plumas autorizadas a las que no llegaría ni a los tobillos.

Los días de «resaca» han proliferados columnas de opinión, informes, datos… y todo, como siempre. Con diferentes enfoques dependiendo del origen de cada firma. De la línea editorial de cada medio. De quienes atacan sistemáticamente al Gobierno en general y al Partido Popular, en particular, como del otro bando, tan radical en algunos casos, como el anterior. Pues eso. Dependiendo como haya ido ésta «feria».

La humilde conclusión que éste escribidor puede aportar, sin ánimo de molestar, pero con el derecho adquirido «por edad, dignidad y gobierno», pero sobre todo por lo vivido en una dilatad vida de 45 años de profesión, es que las huelgas sólo sirven para contribuir al general destrozo de un país que, como el nuestro y acciones como ésta, es lo que menos necesita.

¡Piquetes informativos, dicen, como si en la era de la comunicación que nos está tocando vivir faltara eso, comunicación!. ¿A quién quieren engañar?. Solo a quienes se dejan o a los incautos que tienen un motivo para apuntarse un triunfo en su triste camino curricular con amenazas y coacciones a taxistas, que tienen que llevar a casa sus cada vez más mermadas recaudaciones. O al pequeño comerciante, que no saca ni para la luz. ¡Ah, y sin tener en cuenta que a ellos también les desquitarán el jornal del día, salvo en aquellos casos en que son dietados por venir de otros lugares para no ser reconocidos al día siguiente por quienes fueron extorsionados!.

¡Qué pena!. Por todo ello se insiste cada vez más en la duda sobre qué pasaría si las huelgas (legítimo derecho de los trabajadores pero, no se olvide, el mismo que tienen a trabajar) se celebraran libremente. No en vano se insiste en los mítines de cierre, donde suelen retratarse los convocantes y los que apoyan, como dice el PSOE que insiste en que «…nosotros no la convocamos. Solo la apoyamos», según vídeo apológico con chica que perdió su trabajo hace dos años, dice, pero se le ha debido olvidar quién gobernaba entonces.

Mítines en los que suele escaparse algún que otro detalle, como a Fernández Toxo, cuando «a grito pelao», sentenciaba: -«¡Seguiremos luchando por lo nuestro…!». Lo clavó. Lo suyo que, junto a su «pareja de hecho… sindical», no es más que la mamandurria que vienen disfrutando desde hace años. Aunque hayan despedido a más de 500 de sus empleados, a 20 días por año de trabajo. Justo, lo que rechazan en las calles cada vez más incendiadas con sus acciones.

Todo, para ayudar a resolver la situación. Para «mejorar» nuestra imagen en el exterior. ¿Y éstos reivindican poder y mando para el futuro?. Yo no quiero depender de alguien así. Habrá muchos que sí, pero luego, a la hora de hacer números de éste «negocio», vendrá el momento en que cada cual cuente la feria según les haya ido.