El fútbol y la paz social

{xtypo_dropcap}L{/xtypo_dropcap}os tiempos más que correr galopan, e incluso se podría decir que arrollan. Haciendo «tabla rasa» de derechos adquiridos y ganados con el tiempo, y muchas veces sin tener en cuenta, ni mucho ni poco, o sea, nada, la legitimidad democrática basada en la voluntad del pueblo soberano. El pueblo soberano vota, pero ese voto no es una carta blanca para hacer todo lo que se antoja al gobierno vencedor.

{xtypo_quote_left}En mayo se acaba el fútbol de liga gratis por la televisión{/xtypo_quote_left}

Así, se plantean intervenir comunidades autónomas (sin tener en cuenta si los ciudadanos de esos territorios quieren ser intervenidos o no), y si hace falta cambiar la Constitución Española para introducir cambios que sugieren las finanzas, pues se cambia. ¿Cuál es el problema? No hay ningún problema, y si hace falta pintar la puerta de Alcalá con los colores de la bandera de Alemania, pues se pinta. Y al ciudadano, por supuesto, ni se le pregunta ni tan siquiera se le deja opinar.

No pasa nada, el pueblo español es como el pan de molde, que lo aguanta todo. ¿O no?

Esperen ustedes a que llegue el mes de mayo y se termine para siempre el fútbol gratis en la televisión, al menos los partidos de liga, y veremos si la gente aguanta tanto. Que una cosa es que nos abrasen a impuestos y nos quiten derechos, y otra bien distinta es que nos toquen el fútbol.

Entonces, sí sobrepasaremos la frágil línea de la paz social, para reclamar el fútbol. Hasta ahí podíamos llegar.