El Consejo Regional de Caza analiza la Orden anual de Caza para la temporada 2009-2010
El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, Jesús Oria, presidió la reunión del Consejo Regional de Caza. En el encuentro se presentó la Orden anual de Caza 2009-2010.
Entre las novedades que presenta, en relación con la temporada pasada, se encuentra la permanencia en la veda de la caza del rebeco y de la tórtola común, ya que persisten las razones por las que en su día se estableció la veda.
En lo que respecta a la caza del corzo en la modalida de rechecho, el número de cazadores no podrá superior al de corzos autorizados. Se ha establecido esta medida con el objetivo de mejorar la gestión de la especie y evitar que el número de cazadores que recechan una pieza sea excesivo. Asimismo, el titular del terreno cinegético debe comunica a Biodiversidad una serie de datos con el fin de conseguir un control más efectivo de la actividad cinegética.
Para cada permiso de rececho se dispondrá de un máximo de 4 días de caza. Ésta constituye una medida demandada por un importante número de cazadores y titulares de cotos, debido a las serias dificultades existentes para controlar la totalidad de los permisos de rececho.
Por otro lado, y en caza mayor, se establece el uso de precintos para las piezas abatidas. La implantación de este sistema, que se efectuará de forma paulatina, comenzará este año con su utilización en los recechos de corzo. Este sistema habitual en la práctica totalidad de las Comunidades Autónomas, permite un control más efectivo de la actividad y, evita el furtivismo, además de suponer una garantía, tanto para los cazadores como para los titulares de los terrenos cinegéticos. Los precintos serán facilitados a los titulares de los terrenos cinegéticos por la Administración, una vez que éstos hayan comunicado la identidad de los cazadores que rececharán cada pieza autorizada, a la que será asignado un número de precinto único e identificativo. De esta manera, cada cazador deberá portar, en todo momento, durante el desarrollo de la acción cinegética, el correspondiente precinto, que deberá ser colocado en la pieza abatida en el momento de su abatimiento.
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