El Ciclo de Puente Viesgo ensalza mañana la contribución de Alberto I de Mónaco a la arqueología de la prehistoria
El Ciclo de Conferencias sobre Prehistoria de Puente Viesgo ensalzará el 20 de septiembre el mecenazgo y la contribución de Alberto I de Mónaco a las excavaciones arqueológicas de comienzos del siglo XX en la duodécima y penúltima conferencia de este año, que será impartida por Eduardo Palacio en el Centro de Arte Rupestre de Cantabria, a partir de las 19,30 horas.
Como todas las conferencias programadas este año por la Sociedad de Amigos de las Cuevas del Castillo, la de Eduardo Palacio, Doctor en Prehistoria y conservador de cuevas prehistóricas, se celebra en un Centro de Arte Rupestre de Cantabria que precisamente lleva el nombre del monarca monaguesco por su labor de mecenazgo en las primeras excavaciones realizadas en la cueva del Monte Castillo en Puente Viesgo.
La conferencia de Palacio, «Arqueología y mecenazgo
Alberto I de Mónaco y la prehistoria a comienzos del siglo XX», sucede a la impartida por su colega y profesora de la Universidad de Cantabria, Ana Belén Marín, sobre los últimos neandertales en la Península Ibérica.
Marín es responsable del proyecto Subsilience, una iniciativa científica financiada por el Consejo Europeo de Investigación para investigar las causas del declive de los neandertales y el éxito de la especie humana actual, los homo sapiens, en el sur de Europa.
Según aclaró la ponente, las principales hipótesis apuntan a que los neandertales fueron desapareciendo de manera progresiva por oscilaciones climática y la competencia con los homo sapiens por los recursos alimenticios, aunque «existen algunas preguntas clave sin respuesta».
La dieta y el clima
Para Marín, las principales preguntas por responder son qué diferencias había entre la dieta de los neandertales y la de los homo sapiens y cómo afectaron las oscilaciones climáticas y la llegada de la nueva especie humana a su subsistencia y a los ecosistemas que explotaban.
La conferenciante precisó que el estudio en 17 yacimientos prehistóricos de la región cantábrica confirman que «hay mínimas diferencias» entre la dieta de los neandertales y de los homo sapiens y que el ciervo fue el animal más consumido por ambas especies, que alternaban la alimentación basada en herbívoros (un 80%) y en carnívoros (20%).
De todos modos, la prehistoriadora matizó que «son necesarias más investigaciones para completar los datos sobre el medio ambiente y la subsistencia lograda por los neandertales y los humanos modernos». Sobre la influencia del clima en la desaparición de los neandertales, Marín aseguró que «jugó un papel importante porque afectó a los ecosistemas pero no sabemos si fue la única causa».
La ponente agregó que «hay un patrón de desaparición de las poblaciones neandertales de Norte a Sur porque siguen a los animales que son la base de su dieta», tras recalcar que «las zonas más inestables eran el Norte y la Meseta».
En todo caso, Ana Belén Marín subrayó que «los homo sapiens llegan cuando se recupera el medio ambiente y aparecen nuevas poblaciones animales» y que hubo una cohabitación de ambas especies en la Península Ibérica entre hace 42.000 y 35.000 años
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