EDITORIAL-. Nicolás Maduro renueva su tiranía
Ningún mandatario europeo asiste a la toma de posesión del autoproclamado Presidente de Venezuela
Las tiranías no tienen cabida en pleno siglo XXI. En plena era de la información y de la libertad de expresión ciudadana a través de las redes sociales, no tiene justificación el sistema político de una tiranía donde una persona o grupo pequeño ejerce un poder absoluto sobre la población, sin respetar las libertades civiles ni los derechos humanos.
Nicolás Maduro ha vuelto a tomar posesión como Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, pero para retomar el poder ha pasado por encima de la oposición venezolana y no ha demostrado su victoria en las elecciones.
Ningún mandatario europeo ha asistido a su toma de posesión, que tuvo que ser adelantada un par de horas por las protestas y la detención y posterior liberación de María Corina Machado en una semana vertiginosa y llena de tensión ante el intento de regreso del opositor y virtual ganador de las elecciones Edmundo González.
Los tiranos son aquellos líderes que ostentan este tipo de poder y que utilizan métodos autoritarios para mantenerse en el poder. Uno de los primeros estudios académicos sobre la tiranía fue realizado por Platón en su obra «La República». En ella, Platón describe a los tiranos como individuos ambiciosos y despiadados que buscan el poder absoluto y que están dispuestos a hacer lo que sea para mantenerlo.
Esto mismo es lo que ha sucedido en Venezuela, y debemos tomar esta situación, desde España, con un tono de máxima gravedad, adecuado a la anómala situación. España no puede ser tibia y debe rechazar de plano la renovación de una tiranía por parte de Nicolás Maduro.
Maduro ha sido objeto de críticas por parte de la oposición y la comunidad internacional por restringir las libertades civiles y políticas en Venezuela. Ha implementado medidas que limitan el derecho a la libertad de expresión, como la creación de una ley contra el odio y la responsabilidad penal para los medios de comunicación.
Además, se han reportado arrestos arbitrarios de líderes opositores y activistas políticos, lo cual deslegitima toda acción política ejercida por Maduro.
Venezuela solo ha fortalecido sus relaciones con países como Rusia, China e Irán, lo que ha llevado a sanciones económicas por parte de la Unión Europea y otros países.
Si Nicolás Maduro pretende mantenerse de forma irregular en el poder hasta el año 2031, causará un daño terrible al pueblo venezolano, a las libertades y a la propia Humanidad, lo cual debería detenerse de forma inmediata y que Edmundo González sea proclamado Presidente y el ilegal régimen de Maduro desmantelado de raíz.
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