• 22 de noviembre de 2024

En la imagen un cartel publicitario de la entidad bancaria Liberbank

EDITORIAL-. Liberbank, esa entidad bancaria a evitar

-En la imagen un cartel publicitario de la entidad bancaria Liberbank

En la imagen un cartel publicitario de la entidad bancaria Liberbank
Liberbank tuvo que retirar la versión femenina de este anuncio de la fotografía por acusaciones de sexismo.

La última nota de prensa enviada por el grupo Liberbank a los medios de comunicación se jactaba de haber transformado 9 oficinas de Cantabria en agencias financieras en el primer año de ejecución del plan comercial, una especie de eufemismo para decir que reducen el servicio al cliente en pequeños núcleos del medio rural.

En julio de este año, Liberbank se vio obligada a retirar un póster en el que se veía a una mujer encantada porque estrenaba su nueva cocina. La formación Izquierda Unida (IU) denunció el sexismo de la campaña, porque en la versión masculina del anuncio el hombre anuncia que se ha comprado un nuevo coche.

A esto se suma la pésima atención a los clientes mediante la drástica reducción de puntos de atención para operaciones bancarias, las crecientes y discutibles comisiones por realizar casi cualquier operación o por la mera existencia de una cuenta, y el rotundo fracaso de sistemas mecanizados como Liberfácil. 

A través de Liberfácil, los pocos clientes que se atreven a poner en riesgo su privacidad realizan las operaciones con un gestor que dicta las operaciones a viva voz, mientras las personas que entran o salen del banco pasan al lado del cliente y oyen todas las operaciones privadas. ¿Privacidad? Cero.

Liberbank y su sistema Liberfácil
Liberbank y su sistema Liberfácil

Pero todavía hay más: Liberbank acumula condenas judiciales en contra por todo tipo de «abusos» en las hipotecas, bien a través de la abusiva cláusula suelo, o con la devolución de los gastos hipotecarios que se cargaron al cliente de forma también abusiva, gastos impuestos al cliente de forma unilateral por la entidad bancaria.

Lejos quedó aquella Caja Cantabria, que había conseguido llegar hasta el último rincón de la comunidad autónoma aunque algunas oficinas quizá no fueran tan rentables.

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