EDITORIAL-. El ejemplo de los trabajadores del metal en Cantabria
Santander acogió una multitudinaria manifestación con 20.000 personas apoyando a los trabajadores del metal
«Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar»
Refrán popular
Los refranes condensan mucha sabiduría popular, que en el caso de las movilizaciones del metal en Cantabria también puede servir de advertencia.
El metal cántabro, en pie de guerra desde hace más de quince días, está dando el ejemplo a otros sectores para reclamar condiciones dignas de trabajo en un mundo cada vez más caro.
Los «paganinis» de cualquier crisis siempre somos los mismos: los de abajo. Ustedes, queridos lectores, y nosotros, que tampoco crean que los periodistas estamos libres de la salvaje crisis que afecta a todos.
Llevamos toda nuestra vida oyendo la palabra «crisis». Siempre, por alguna excusa u otra, era mal momento para mejorar las condiciones de los trabajadores.
Cuando todavía no hemos salido del todo de la pandemia de COVID-19, llega una guerra de Rusia contra Ucrania, unida a una salvaje escalada de precios de carburantes, energía y alimentos básicos.
Una «tormenta perfecta» que los 20.000 trabajadores del metal en Cantabria han sabido contestar en las calles. Sin apenas incidentes reseñables, trabajadores cántabros del metal llevan más de quince días de huelga indefinida, con lo que eso supone para los salarios que dejan de percibir durante los días que no van a trabajar.
El sector del metal siempre ha tenido una importancia capital y estratégica en Cantabria, con varias empresas grandes pero también talleres y muchas otras contratas más pequeñas, y cada peón tiene familia: pudimos ver a 20.000 de estas personas en la multitudinaria manifestación en Santander, tan grande que cuesta recordar otra similar en la capital cántabra.
No sería descabellado pensar que el sector del metal acabe arrastrando a otros sectores a las movilizaciones, a llevar a la calle las protestas que tanto se oyen en las barras de los bares.
El «aviso para navegantes» ejemplar que están lanzando los trabajadores del metal de Cantabria debería ser tomado muy en cuenta por empresarios, políticos y «lobbies»: los «paganinis» de abajo estamos ya un poco cansados de que las facturas de todas las crisis siempre acaben llegando a nuestros maltrechos bolsillos.
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