«Ignacio Diego está haciendo mucho daño al PP por no saber irse. Ni nuestro partido ni nuestra gente merecía esto». Así de contundente se ha expresado hoy el diputado regional Íñigo Fernández, partidario de la candidata María José Sáenz de Buruaga.
La fractura interna del PP cántabro es cada vez más grande, y sus consecuencias de futuro son difíciles de predecir hasta la elección del nuevo líder. Pese a que Diego obtuvo más votos de militantes en las primarias celebradas el pasado 8 de marzo, las cuentas no salen y serán los compromisarios quienes elegirán entre Diego o Sáenz de Buruaga.
«Es el futuro del PP lo que está en juego, no cómo quedan una persona y sus cuatro allegados», agrega Fernández, que acusa a Ignacio Diego de presentarse a la reelección en el congreso regional del Partido ‘después de haber anunciado a la dirección nacional del PP, y a la propia secretaria general, María Dolores de Cospedal, que no lo haría’.
Fernández afirma que en otros congresos del partido «se han comportado con generosidad», pero Diego no tiene el 99% de los votos, sino el 48%.
«Lo que no tiene sentido es lo de Ignacio Diego: dividir un partido por la mitad, llegar a esto, solo para seguir alargando una etapa que ya dura 13 años y que quiere llevar hasta los 17», considera Fernández.
«Diego no tiene proyecto de partido, no tiene posibilidades de recuperar el gobierno, no tiene recorrido de ningún tipo, no tiene ninguna razón para seguir, más allá del orgullo, el amor propio y el despecho», añade.
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