De la Serna reivindica el efecto multiplicador del Palacio de la Magdalena
Acompañado por Luis Lloreda, hijo de regidor municipal que protagonizó aquel acto el 7 de septiembre de 1912, y de la hija y de la nieta de Javier González Riancho y Gonzalo Bringas, arquitectos del Palacio de la Magdalena, De la Serna descubrió una placa en la fachada sur del edificio, donde puede leerse «Conmemoración del centenario del Real Palacio de la Magdalena 1912-2012».
En su intervención, el regidor municipal recordó que han transcurrido 100 años y un día desde que Santander comenzará a cambiar el rumbo de su historia moderna, a convertirse en el embrión de lo que es hoy, una ciudad abierta al mundo, capaz de reinventarse a sí misma como exportadora e importadora de ideas, talentos y proyectos.
De la Serna subrayó que las decisiones no se toman para pasar a la historia, sino por creer que una idea, que fluye con fuerza, puede suponerle algo positivo a mucha gente e insistió en que sólo las personas que arriesgan, aquellas con visión de futuro, son las que terminan por vencer.
En este sentido, citó como ejemplo la figura de Ángel Lloreda, aquel alcalde que, como sus predecesores en el cargo, supo ver más allá de la montaña y aceptó el reto compartido de una ciudad que vislumbraba un palacio donde otros sólo oteaban un impresionante acantilado.
«Con una simple entrega de llaves, Ángel Lloreda multiplicó las posibilidades de todos los vecinos, tanto de aquellos que supieron leer entre líneas que era el momento de crecer, como de aquellos que conocieron pronto que en el Norte de España existía una ciudad fabulosa, Santander, que les recibiría con los brazos abiertos», relató el regidor municipal.
De la Serna también tuvo palabras de reconocimiento y agradecimiento para Javier González Riancho y Gonzalo Bringas, dos nombres propios de la historia de Santander, cuya obra salpica cada rincón de la ciudad.
En su discurso, el alcalde de Santander subrayó el papel fundamental que desempeñaron personas como Juan Hormaechea, que en 1977 recuperó el Palacio de la Magdalena para la ciudad; Manuel Huerta, cuya visión fue fundamental para someter el edificio a una rehabilitación integral, o Gonzalo Piñeiro, quien decidió entregar las llaves del palacio a toda la ciudad al crear la Sociedad Municipal Palacio de la Magdalena.
«Desde entonces, el Palacio de la Magdalena convive entre los recuerdos de cerca de 700.000 personas que, en algún momento de su vida, pasaron por el Salón de la Reina, admiraron el Comedor de Gala, se acercaron hasta él a través de la serie de TV Gran Hotel o sellaron su compromiso matrimonial, tal y como lo están haciendo ahora mismo, en este emblemático lugar, convertido en el lugar más visitado de Cantabria», recalcó De la Serna.
El alcalde de Santander agradeció el trabajo desarrollado por los trabajadores del Palacio de la Magdalena, para hacer de este edificio una de las más importantes fortalezas turísticas y económicas de la ciudad.
En la misma línea hizo hincapié en que «debemos entender que somos y hacemos el mañana, que pasarán los días y los años y que el Palacio seguirá estando pendiente de nosotros, será una suerte de padre, de todas las cosas que le sucedan a la ciudad».
Por eso, añadió De la Serna, «debemos hacer que este símbolo tan nuestro se sienta a su vez orgulloso de de nuestras decisiones porque tenemos antes nosotros la ocasión de hacerlo, de replantear Santander como ciudad y avanzar decididamente hacia el futuro».
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