David el estratega…
Si muevo mi coctelera con ingredientes varios como amistad, confianza, libertad y un pequeño toque de veteranía, resulta un trago largo o corto, a gusto del consumidor, que bautizaría con el nombre de «David el estratega».
Me explico. El editorial que mi «jefe» titula de igual modo, pero anteponiendo un nombre que él no digiere desde el minuto 1 de ésta «España, año 2» (tendrá sus razones, respetables, por descontado), puede coincidir parcialmente en algunas consideraciones de un servidor.
Pero pedir dimisiones y renuncias por sistema o por decreto, me refresca constantemente la táctica de una izquierda, la de éste País, que permaneció dormida (¿voluntariamente?) durante 8 años, mientras se cocía un desaguisado que nos llevó a un verdadero destrozo social y económico, del que se ha pasado al olvido.
Cuando hay que romper muchos huevos para hacer una buena tortilla, los que la degustamos sólo nos quedamos con su mejor ó peor cocción. Sin preguntar si el aceite era de Jaén, los huevos de granja y las patatas de Valderredible.
Cuando nos metieron las manos en los bolsillos y no supieron, no quisieron o no se enteraron de la crisis galopante que estaba en caída libre, a pesar de los constantes avisos, de repente chocamos contra la roca de un interesado «olvido», esperando con la «escopeta cargada» a que otros, los siguientes, se encontraran con el «marrón» y entonces, las excusas se multiplicarían para saltar a la calle día sí, día también, a la caza y captura de un enemigo condenado antes de ser juzgado.
El simple hecho de pertenecer al PP, enemigo a batir, es suficiente motivo para asfixiar sistemáticamente cualquier acción de un gobierno con mayoría absoluta, derecho adquirido legítimamente (creo), en las urnas.
Por eso le pido a mi «jefe» y sin embargo amigo responsable del editorial «Rajoy el estratega», que haga uso de sus indudables influencias a todas las instancias, proponiendo cambios o relevos, porque me queda el absoluto convencimiento de que cualquier nombre que guarda en su agenda, será capaz de sacar adelante un problemón que no solo afecta a España (somos la 28ª parte de la UE), pero que sí tiene la culpa el «estratega» que, con toda seguridad y según su criterio «…debe pensar seriamente en irse más pronto que tarde, es una obviedad que cualquier persona en su sano juicio, aceptará como incontestable».
Me lo haré mirar. Aún así, mi «juicio» no me descentra (de momento), de otros hechos que se alejan de contenidos interesados que, por lo que se ve cada día, están aportando un auténtico agotamiento, mientras no deberíamos olvidarnos de otros asuntillos que dejan bien en entredicho a quienes tratan de «despistar» al contrario, como la política del avestruz. Mientras tanto, espero impaciente el candidato/a, para sustituir al estratega. A Rajoy.
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