Cuestión de banderas
- Mar de fondo
David Laguillo
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Confieso que llevo muy mal lo de las banderas. Cada vez que veo una republicana en las huelgas y manifestaciones, es que me llevan los demonios. Es como si quienes las enarbolan se sintieran orgullosos de «pasar» de lo políticamente correcto. Del marco de la Ley. De la Constitución. De España, vamos, como si no fuera su país.
Y como si lo supieran y me aplicaran aquello de «no quieres caldo…», ahora resulta que en cuatro comisarías del País Vasco retiran la española, la nuestra, la legal. Una especie de desafío. Como si no supiéramos ya de qué pié cojean.
Pero, claro. ¡Como no pasa nada…!. Aquí nadie da un paso adelante para poner freno a tanto desmán. Sí, porque no sólo ocurre en Euskadi. En Cataluña, por ejemplo (mal ejemplo, por cierto), ocurre tres cuartos de lo mismo. Y aumentado y corregido tapando el retrato del Rey en la toma de posesión del iluminado de Arturo Mas.
Lo malo de todo esto es que no se queda en las banderas. Hay otros episodios que distan mucho de creer en la aplicación de la Ley cuando corresponde. Y retirar la bandera oficial, corresponde. Y tapar el retrato del Rey, corresponde. Pero hay más conductas que a veces cuesta entender. Conductas que nos llevaría a otros escenarios que ahora no toca. Pero sí toca que, de una vez por todas, se haga valer el imperio de la Ley y que los majaderos no campen por sus fueros como si nada.
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