Comisiones para no aclarar nada
- Editorial
David Laguillo
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Vivimos una época convulsa, de clima casi revolucionario, quizá por ese motivo algunas acciones resultan especialmente vergonzosas. La gente ya no se traga cualquier cosa, la situación es tan extrema que es muy difícil hacer funcionar el axioma «pan y circo».
Crear cortinas de humo para ocultar otras cosas está feo, y además es ineficaz para despistar a una ciudadanía cada vez más exigente e indignada. Por ese motivo, las comisiones o cualquier otro acto propagandístico o encaminado a intentar -y subrayamos intentar- despistar a la población de los verdaderos problemas importantes, deberían abandonarse como herramienta de distracción.
Y mucho más teniendo en cuenta que ese tipo de comisiones no suelen servir para nada, no aclaran nada y no tienen, en definitiva, ningún sentido práctico. La población está reclamando mucha más seriedad en el día a día de la política.
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