Cantabria registró el año pasado más de 105.000 contratos de menos de siete días, el 41% del total y un 17% más que en 2016
-UGT vincula el incesante aumento de la contratación más precaria a salarios más bajos y un repunte de la siniestralidad laboral en la región
Cantabria superó por primera vez el año pasado el límite máximo de los 100.000 contratos de trabajo de menos de siete días de duración, en concreto 105.306, lo que implica un 41% de todos los registrados (256.915) y un 16,7% más que los 90.233 contabilizados en 2016, según precisa un informe elaborado por la Secretaría de Empleo de UGT con estadísticas, entre otras fuentes, del Servicio Público de Empleo estatal (SEPE).
UGT matiza que en España un 25,9% de los 21.501.303 contratos de trabajo contabilizados el año pasado fueron de menos de siete días (15 puntos menos que en Cantabria), que se incrementaron un 8,4% en comparación a 2016 (432.740 más) y aceleraron la progresiva menor duración media de los contratos de trabajo, que ha pasado de 78 a 51 días desde el año 2008.
El sindicato subraya que estos contratos de trabajo con la menor duración registrada por el Ministerio de Empleo no han cesado de crecer en los últimos años y en Cantabria triplican los que había en 2009, 34.038, que por aquel entonces representaban el 22% de toda la contratación, 19 puntos menos que en la actualidad.
En todo caso, puntualiza UGT, este aumento se confirma en todos aquellos contratos de corta duración, especialmente los de menos de un mes de vigencia que repuntaron más de un 12% el año pasado en Cantabria con 14.718 más (de 118.859 a 133.577) y duplican los 54.058 que había en el año 2009, cuando representaban algo más del 35% de toda la contratación, casi 17 puntos menos que en la actualidad (51,9%).
Por sexos, los contratos de trabajo de menos de una semana de vigencia aumentaron en Cantabria un 14,3% en los varones, con 6.272 más (50.217 por los 43.945 de 2016), con lo que ya acaparan el 39,2% de toda la contratación masculina; mientras que en las mujeres se incrementaron por encima del 19%, con 8.801 más que en el año anterior, y ya representan el 42,7% de todos los contratos con firma femenina.
Si se compara con las estadísticas generales, en Cantabria, donde el año pasado la contratación aumentó un 9,5% con 22.245 contratos de trabajo más que en 2016 (1.493 indefinidos y 20.752 temporales más), tres de cada cuatro contratos de ese incremento correspondieron a los de menos de siete días.
Progresiva precariedad con efecto negativo múltiple
El informe de UGT destaca que en 2017 Cantabria sumó por tercer año consecutivo más de un 93% de contratos temporales (93,34%), la tasa de temporalidad contractual más elevada desde que existen estadísticas oficiales; a la que se añade un índice de rotación contractual (media de contratos firmados por la misma persona) que también se sitúa en máximos históricos, con 3,24 contratos por persona (256.915 contratos suscritos por 79.412 personas), 3,85 en el caso de los temporales (239.806 contratos y 62.303 contratados de manera eventual).
Esta tendencia se reafirma con el incesante incremento de los contratos a jornada parcial, que en 2017 aumentaron un 9,5% con 8.528 más que el año anterior (de 89.669 a 98.197) y ya representan el 38,2% de toda la contratación, también el mayor porcentaje registrado hasta ahora en Cantabria.
UGT vincula esta precariedad incesante de la contratación, en especial de la contratación temporal de menor duración, a “un efecto negativo múltiple en numerosos aspectos del mercado laboral”, como puntualiza el responsable regional de Empleo del sindicato, Julio Ibáñez.
“Si se cruzan las estadísticas, se puede apreciar una relación directa entre esta contratación tan precaria y otros indicadores muy significativos de la calidad del empleo como la creciente siniestralidad laboral o el descenso del salario medio con todo lo que esto conlleva en futuras pensiones y prestaciones contributivas, además de una pérdida de poder adquisitivo”, recalca Ibáñez, que recuerda que según la última Encuesta de Condiciones de Vida (2016), un 17% de las personas que tienen un empleo en Cantabria están en riesgo de pobreza y exclusión social (Tasa AROPE).
El propio informe de la Secretaría de Empleo de UGT aclara al respecto que “esta mayor contratación precaria y temporal de muy escasa duración propicia que uno de cada cuatro asalariados cántabros, en concreto 38.266 según la Declaración de Rendimientos del Trabajo del último ejercicio fiscal de 2016, han estado alguna vez en el desempleo a lo largo del año, con lo que su renta salarial media se reduce a la mitad en comparación a la de otro asalariado que no lo haya estado (de 21.587 a 10.159 euros anuales)”.
De todos modos, como puntualiza el secretario de Empleo de UGT en Cantabria, “según las estadísticas de Hacienda, el salario medio declarado por un trabajador en Cantabria que no ha estado en el paro a lo largo del ejercicio fue de 21.587 euros en 2016 (1.542 euros al mes en 14 pagas), la cuantía más baja desde el año 2007 (20.133 euros anuales), lo que confirma en ese mismo período de los últimos nueve años una pérdida de poder adquisitivo de más de un 9% si se compara con la evolución del IPC”.
Todas las estadísticas salariales consultadas por el informe del sindicato, ya sean del Ministerio de Hacienda o del Instituto Nacional de Estadística, confirman que los salarios o no aumentan o lo hacen por debajo del Índice de Precios al Consumo, y más, desde el predominio hegemónico de la contratación temporal de muy escasa duración.
Empleo más temporal y con más accidentalidad
El informe de UGT matiza que el progresivo crecimiento de esta contratación tan efímera y precaria también incide en la accidentalidad en los puestos de trabajo, tal y como confirman las estadísticas de siniestralidad laboral del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo (ICASST), que no han cesado de aumentar desde el año 2011.
Hasta el mes de noviembre del año pasado (última estadística disponible), Cantabria acumulaba un total de 4.857 accidentes laborales con baja, incluidos 12 mortales, las cifras más altas en ambos casos de los últimos siete años y en el mismo período, justo el que coincide con la entrada en vigor de la última reforma laboral (febrero de 2012) y de un incremento imparable de la tasa de contratación laboral, que ha pasado de menos de un 92% a más de un 93%.
Como puntualiza el secretario de Empleo de UGT, “un trabajo con un contrato de escasa duración lleva consigo escasa experiencia profesional en el puesto de trabajo, falta de formación e información adecuada sobre la labor a realizar y sus condiciones de seguridad, lo que no deja de ser una combinación nefasta para una eficaz prevención de riesgos laborales”.
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