Aquí huele a Euro, y yo no he sido
- Editorial
David Laguillo
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{xtypo_dropcap}A{/xtypo_dropcap}quí huele a muerto. A Euro muerto. Y ninguno de nosotros, los ciudadanos de a pie, hemos sido. Lo olemos, captamos el hedor a cadáver putrefacto que se descompone, pero no hemos causado su muerte. Más todavía, primero sufrimos las consecuencias de su nacimiento, después las de su desarrollo y ahora y durante un tiempo sufriremos las de su muerte.
El Euro, ya cadáver desde hace tiempo, se descompone mientras va contaminando todo lo que hay a su alrededor. Y ese «algo» que hay a su alrededor somos nosotros, los ciudadanos españoles y europeos, que ya hemos sufrido bastante la crisis como para encima, ahora, dejarnos salpicar más por la muerte explosiva del fallido proyecto de moneda única. Nuestros gobernantes deberían tener la decencia de impedir que la muerte del Euro nos arrastre a túneles todavía más oscuros.
{xtypo_quote_right}La UE opera bajo las órdenes de Alemania y Francia, los demás países son miembros de una comparsa insulsa que acompañan con una botella de anís y un tenedor la canción que les mandan cantar{/xtypo_quote_right}
El proyecto europeo resultó herido de muerte con los diversos rechazos a la Constitución Europea. Después, la crisis dejó patente la debilidad del concepto «unión», cuando la UE opera básicamente bajo las órdenes de Alemania y Francia, teniendo al resto de países como actores secundarios, miembros de una comparsa insulsa que acompañan con una botella de anís y un tenedor la canción que les manda cantar Alemania y Francia.
Si Christine Lagarde, presidenta del FMI, le da al Euro tres meses de vida si no se llevan a cabo las acciones coordinadas necesarias, hay quien ya da a la moneda por muerta, y reduce el plazo a uno o dos meses.
Sea lo que sea, nosotros, los ciudadanos, ya hemos sufrido bastante por los desmanes de nuestros gobernantes, banqueros y especuladores. Que esa muerte aleje el olor a sufrimiento de nuestras vidas, y recibamos con esperanza a la nueva -o vieja- moneda para intentar seguir adelante con nuestras vidas. Si nos dejan.
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